Cayetana

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viernes, 1 de marzo de 2013

Mi hijo tiene un tic nervioso



Guiña los ojos, se hurga la nariz, carraspea, se toca una oreja... ¿Tu hijo tiene un tic que se intensifica cuando está nervioso, cansado o emocionado? Tu serenidad es fundamental para que deje de hacer esos movimientos o sonidos repetidos e involuntarios .

Ester Alonso Asesora: Vanesa Lara López-Agrelo Psicóloga infantil
niño tics



Los tics son movimientos o sonidos involuntarios, rápidos, repetidos y sin finalidad, que reflejan conflictos internos o frustraciones que el pequeño no es capaz de resolver por sí solo. Pueden aparecer ante un cambio brusco en su vida (la llegada de un hermanito, una mudanza, la vuelta a las clases...) que le genere un conflicto o por vivir situaciones o épocas emocionantes.
Sin presión y con alegría
De alguna manera son un modo de pedir ayuda, una llamada de atención. A lo largo del día pueden intensificarse (por cansacio, estrés, sueño, emoción...) o disminuir hasta desaparecer (esto ocurre cuando el niño está descansado, relajado, concentrado en algo que le gusta mucho o dormido).
En cualquier caso, aunque son actos conscientes, el niño tiene serias dificultades para controlarlos. Además, como se percata de su tic y de que no puede evitarlo, se siente avergonzado, lo que empeora bastante la situación (más aún si alguien hace algún comentario sobre su problema).
Para que tu pequeño venza su tic:
  • Mantén la tranquilidad y no le riñas ni le culpes por lo que hace.
  • Tampoco le corrijas, haz como si no le vieras. Recibir mucha atención por el tic reforzaría su conducta y le llevaría a mantenerla.
  • Evita la sobrecarga de actividades. Procura que en su día a día haya ratitos de reposo, con juegos que favorezcan su concentración.
  • Prioriza las risas. Dedicar un tiempo diario a charlar y a reíros juntos hará que gane confianza en sí mismo, algo fundamental para solucionar su problema.
Cita con el psicólogo
Por lo general, los tics son transitorios y desaparecen en unos meses, pero hay casos excepcionales en los que se intensifican o interfieren en la vida del pequeño y resulta imprescindible recurrir a un psicólogo infantil.
Antes de la cita conviene que los padres anoten en qué momentos hace más el tic, con qué personas, qué días de la semana... Todos estos detalles orientarán al especialista. En cualquier caso, éste enseñará al niño pautas y trucos para detener el tic inmediatamente, cada vez que empiece a hacerlo.
¡Qué curioso!
¿Conocías estos datos?
  • Si el niño sigue haciendo el tic dormido o éste consiste en repetir palabras hay que ir al neurólogo.
  • Aproximadamente un 10% de los niños tienen algún tic, durante más o menos tiempo, entre los 4 y los 5 años de edad.
  • Los tics on más frecuentes en niños varones.
  • Los niños tímidos tienen más riesgo de adquirirlos que los extrovertidos.
Un juego que hace milagros
Si los amigos de tu hijo se ríen de su tic, éste se intensificará, lo que demuestra hasta qué punto es esencial la actuación de los demás en la superación de este problema.
En cualquier caso, ante un episodio agudo de tic, propón a tu hijo un cambio radical de actividad. Deja tu cuarto en penumbra, tumbaos los dos en la cama grande y enséñale a hacer repiraciones lentas, mientras tú vas contando despacio.
Una vez que se haya relajado, pon música tranquila, a un volumen bajo, cuéntale una historia con final feliz o dale un masaje suave en la espalda. Un cuarto de hora de calma será suficiente para tranquilizarle y frenar esa repetición tan acelerada de su tic nervioso.

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