Hola amigos... Para demostrar la importancia del gatear, aquí presento brevemente las 8 razones.
 
 El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
 
 Desarrolla el patrón cruzado que es la función neurológica que hace 
posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Ese 
movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al 
gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante 
permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando 
esté maduro para poder ponerse de pie.
 
 Desarrolla el sistema 
vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber 
dónde están las partes del cuerpo de uno.
 Permite el enfoque de los 
ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla 
convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta 
distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es 
tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los 
niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
 
 El 
niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una 
serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la 
escritura. Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía 
información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones y 
texturas que siente. También, al gatear el niño apoya su peso en las 
palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las 
muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de 
las caderas. Así percibe la oposición de la gravedad y aprende a 
manejarse con ella.
 
 Le ayuda a medir el mundo que le rodea y el
 niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma
 de la mano al gatear es una medida fundamental, LA BRAZA, en todas las 
civilizaciones. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo 
circundante, y por eso cuando de mayor volvemos a un lugar de la 
infancia lo percibimos más pequeño de lo que era, porque entonces la 
propia medida de la braza era menor.
 
 Ayuda a establecer la 
futura lateralización del cerebro (cuando uno de los hemisferios se 
convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar 
ambos a la vez).
 
 Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante 
el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando 
el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que 
más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
 
 Por todo esto, y simplemente porque es lo natural: demos a nuestros hijos todas las oportunidades de gatear.

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