Hay muchos temas polémicos en la maternidad pero el que
quizás genere más debate es el referido a la crianza del bebé. Las
mujeres, como mamíferas que somos, siempre hemos amamantado a nuestros
hijos (o alguna mujer lo hacía por nosotras). Fue a partir de los años
sesenta con la llegada de la «liberalización» de la mujer que se
confundieron muchos conceptos y se trasmitió a estas que no dar la teta
era un síntoma más de libertad junto con su incorporación al trabajo y
la llegada de la planificación familiar. La consecuencia más inmediata
es que, de manera progresiva, pediatras y madres comenzaron a no dar el
pecho y muchos personas nacidas a finales de los sesenta y setenta, e
incluso ochenta, se criaron sólo con biberón. Desde hace ya más de una
década las cosas han vuelto a su forma más natural, es decir, el pecho y
muchos expertos se dedican a fomentar de nuevo lo que es la mejor
alimentación para el bebé, teoría avalada por la OMS.
Si uno se para a pensar en cómo funciona la lactancia
materna se da cuenta cuán perfecto es el cuerpo humano. No existe
ninguna fisura en esta alimentación salvo, claro está, que la madre esté
gravemente enferma. Es más, a nadie se le escapa que incluso muchas
mujeres del tercer mundo que viven en condiciones paupérrimas en la
pobreza más absoluta, incluso ellas ofrecen lactancia materna.
A pesar de la perfección del mecanismo la lactancia tiene
un alto índice de fracaso en nuestra sociedad y las claves están en la
desinformación y en muchos mitos que han pasado de las que ahora son las
abuelas de los bebés a las madres. Hemos querido hablar con una experta
en alimentación infantil, Pilar Martínez, asesora de lactancia y autora de los libros «
Los 5 Pasos para Tener Éxito en tu Lactancia Materna» y «
Destetar sin lágrimas», y madre de dos hijas. También tiene un blog,
Maternidad Continuum para ayudar a las mamás que se hayan sentido tan abrumadas como ella cuando me convertí en madre.
Pilar cree que «cuando una mujer se convierte en madre
también se convierte en el blanco de las opiniones ajenas». Da igual si
conoce o no a la persona, si es de su familia o si es su amigo del alma,
cualquier persona cree que «debe» ayudar a la mamá reciente con su
opinión y a veces puede llegar a ser bastante «agobiante». Si además la
mamá decide dar el pecho, la cantidad e intensidad de las opiniones
llegan a límites insospechados, porque la lactancia materna está plagada
de mitos completamente erróneos que van pasando de generación en
generación.
Además, añade, «las mamás de ahora son hijas de las mamás
de hace treinta años y las mamás de hace treinta años, por norma
general, alimentaban a sus hijos con biberón», por lo que sus
conocimientos de lactancia materna no tienen por qué ser acertados (ya
que nunca los han necesitado realmente).
Lo cierto es que una mamá que decide dar el pecho y que
toma su decisión como adulta que es, debería ser respetada y apoyada por
su entorno. Y esto significa que los comentarios que se refieran a su
lactancia materna, deberían ir encaminados en ese sentido. Sin embargo
las mamás lactantes suelen escuchar muchísimas críticas que minan su
confianza, les hacen sentir mal, les hacen dudar de su capacidad de
lactar e incluso les hacen abandonar la lactancia.
Todas las madres, sin excepción, reciben cantidad de
comentarios sobre cómo alimentan a su hijo, especialmente si le dan el
pecho. Le preguntamos cuáles son los más comunes y cómo ayudar a
desterrarlos basándonos en criterios científicos, no en lo que diga la
abuela. Estos son los más comunes (y erróneos):
¿Otra vez quiere comer? Pero si acaba de hacerlo. O su variante menos respetuosa: ¡Este bebé está todo el día en la teta!
Los bebés tienen el estómago muy pequeño y lo normal es que
coman muy a menudo. Además la leche materna se digiere muy bien por lo
que esperar que un bebé recién nacido o de pocos meses, tarde tres o
cuatro horas en pedir pecho es una utopía. Además, la producción de
leche materna se basa en la succión. Cuanta más succión, más producción,
así que lo mejor y más conveniente es que el bebé sea amamantado cuando
lo pida (a demanda), ya sea cada tres horas o cada media hora.
Yo creo que se queda con hambre porque tu leche no es buena (o no le alimenta o no tienes leche...)
No es posible que una mamá tenga una leche que no alimente.
La leche materna es el alimento óptimo para los bebés, nada puede
igualarla (y mucho menos superarla). La calidad de la leche materna sólo
podría estar en riesgo si la madre tuviera grandes problemas de
desnutrición, así que esta afirmación no tiene ninguna base. Pueden
ocurrir muchas cosas, pero que la leche no sea buena no es una de ellas.
¿Para qué te complicas tanto teniendo biberones?
La lactancia materna es una de las cosas más tiernas y
preciosas que existen, pero también puede ser agotadora a veces. Si una
mamá se queja porque está cansada, es mejor ofrecerle ayuda con la casa,
con los hermanos mayores, con la comida...pero no es una buena idea
cuestionar su lactancia.
Dar el pecho o no, es una decisión que debe tomar la madre y
el entorno debería entenderlo respetando su decisión y apoyarla decida
lo que decida. No debemos olvidar que estamos hablando de una mujer
adulta que es madre.
A este niño hay que ponerle horarios
La lactancia materna (y la lactancia con biberón también)
se debe ofrecer a demanda. No tiene ningún sentido poner horarios a un
bebé que no distingue el día de la noche. La alimentación a demanda
asegura una buena producción de leche materna y una buena
autorregulación alimentaria del bebé (previniendo muchos problemas
alimentarios en el futuro).
Si le das un biberón tampoco va a pasar nada
Sigo recordando que estamos hablando con una mujer adulta
que ha tomado su decisión de amamantar. No es necesario ponerla en duda
cada vez que surge alguna dificultad.
Así que si la mamá tiene algún problema al dar el pecho o
necesita ayuda, lo mejor es ofrecérsela, no presionarla para que tire la
toalla a la primera de cambio.
Habrá mamás a las que no les importe dar un biberón de vez
en cuando, pero hay otras que no quieren hacerlo y que lo consideran
como un fracaso de su lactancia, así que es mejor no recomendarlo.
A mis hijos los crié con biberón y mira qué fuertes están. O su variante: Con el biberón se crían igual
Perfecto, cada madre elige el tipo de crianza que quiere
seguir con sus hijos. La mamá que eligió el biberón lo hizo según su
opinión y la mamá que decide amamantar lo hace según la suya, ambas
igual de respetables. En realidad casi todo vuelve al mismo punto: apoyo
y respeto por la decisión de la madre.
Si le das biberón dormirá más por las noches
Hay bebés que se despiertan mucho con el pecho y hay bebés
que se despiertan mucho con el biberón. Aunque es cierto que la leche de
fórmula cuesta más de digerir y puede hacer que el bebé tarde más en
despertarse, la mamá debe saber que si elimina las tomas nocturnas del
bebé, tendrá menos producción de leche materna por el día.
Es decir, que puede que con este consejo estemos poniendo en peligro la lactancia y además no consigamos dormir más.
Si le quitas la teta, el papá podrá participar más en la crianza del bebé
Un bebé necesita muchísimos cuidados. El papá puede
participar en la crianza con muchísimas otras cosas: bañar al bebé,
vestirlo, cambiarle el pañal, sacarlo de paseo, dormirlo, hacerle un
masaje, cantarle una nana, jugar con él, leer un cuento...
No sé por qué se da este consejo porque no tiene mucho
sentido. Lo ideal es que el papá participe en la crianza del bebé y
puede hacerlo en todo, excepto en darle el pecho.
¿Cuándo dejará de tomar teta?
A muchas mujeres les molesta mucho que les hagan esta
pregunta. Muchas me comentan «Acaba de empezar a tomar pecho y parece
que todos quieren que lo deje ya» porque es la típica pregunta que le
hacen a las mamás lactantes casi desde el hospital.
Algunas mamás tienen decidido cuánto tiempo quieren
amamantar, otras no y otras van cambiando sus planes conforme el bebé
crece, así que, ¿qué más da cuando dejará el pecho? ¿Por qué preguntarle
sobre esto? ¿Realmente nos importa la respuesta o es sólo por romper el
silencio?
Si no se nos ocurre nada que decir, mejor comentemos lo guapo que es el bebé y ya está.
Por otra parte, aunque mucha gente lo desconoce la OMS y la
Asociación Española de Pediatría recomiendan dar el pecho de manera
exclusiva durante los seis primeros meses de vida y junto con otros
alimentos al menos hasta los dos primeros años y una vez pasado este
tiempo, hasta que la mamá y el bebé lo decidan.
Osea, que aunque nos pueda extrañar ver a un bebé de más de
un año siendo amamantado, lo cierto es que es lo normal y lo
recomendado por todos los organismos oficiales.
La lactancia materna es muy esclava y no te deja hacer nada...
Depende de para quién. Hay personas que consideran que dar
el pecho te ata demasiado, sin embargo muchas mujeres piensan que es
mucho más cómodo tener la leche preparada y esterilizada en cualquier
parte que tener que cargar con bolsa, biberones, esterilizador, leche,
agua...
En mi opinión la lactancia materna te deja hacer todo igual que la artificial, pero lavando menos biberones.
Conclusión
Las críticas gratuitas casi siempre son molestas, pero en
el caso de las mamás lactantes pueden llegar a ser muy
desestabilizadoras porque en el periodo de puerperio (que según algunos
autores puede durar dos años) las hormonas están bastante alteradas y
ocurren grandes cambios a nivel físico y emocional, lo que impide que la
madre pueda recibir las críticas de manera “constructiva” y responder
ante ellas con su nivel de raciocinio habitual. Todo esto, suponiendo
que las críticas vienen con buena intención...
Así que si conocéis a alguna mamá que ha decidido amamantar a su hijo y no sabéis qué decir al respecto, mejor no digáis nada.
http://www.abc.es/familia-vida-sana/20121230/abci-cosas-nunca-debes-decir-201212281345.html