Si no se quiere enfermar...
HABLE DE SUS SENTIMIENTOS
Emociones y sentimientos que se esconden y se reprimen terminan en
enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la
columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta
el cáncer. Entonces, vamos a sincerarnos, hacer confidencias, compartir
nuestra intimidad, nuestros “secretos”, ¡nuestros errores!... El
diálogo, el hablar, la palabra, son poderosos remedios ¡y una excelente
terapia!
TOME DECISIONES
La persona indecisa permanece
en la duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula
problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de
decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder
ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas
de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
BUSQUE SOLUCIONES
Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los
problemas. Prefieren lamentarse, murmurar, ser pesimistas. Es mejor
encender un fósforo que lamentarse por la oscuridad. Una abeja es
pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El
pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en
enfermedad.
NO VIVA DE APARIENCIAS
Quien esconde la
realidad finge, está en pose, quiere dar siempre la impresión de estar
bien, mostrarse perfecto, bonachón, etc... acumula toneladas de peso.
Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que
vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca
raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
ACÉPTESE
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos
volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una
vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos,
celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser
aceptado y aceptar las críticas es sabiduría, buen sentido y terapia.
CONFÍE
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea
relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin
confianza, no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí mismo,
en los otros y en Dios.
NO VIVA SIEMPRE TRISTES
El
buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen
larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde
vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es
salud y terapia.
DRAUZIO VARELLA
(Médico Oncólogo y Escritor Brasilero)
Emociones y sentimientos que se esconden y se reprimen terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerarnos, hacer confidencias, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, ¡nuestros errores!... El diálogo, el hablar, la palabra, son poderosos remedios ¡y una excelente terapia!
TOME DECISIONES
La persona indecisa permanece en la duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana está hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
BUSQUE SOLUCIONES
Las personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren lamentarse, murmurar, ser pesimistas. Es mejor encender un fósforo que lamentarse por la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
NO VIVA DE APARIENCIAS
Quien esconde la realidad finge, está en pose, quiere dar siempre la impresión de estar bien, mostrarse perfecto, bonachón, etc... acumula toneladas de peso. Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
ACÉPTESE
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a sí mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado y aceptar las críticas es sabiduría, buen sentido y terapia.
CONFÍE
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí mismo, en los otros y en Dios.
NO VIVA SIEMPRE TRISTES
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive. “El buen humor nos salva de las manos del doctor”. La alegría es salud y terapia.
DRAUZIO VARELLA
(Médico Oncólogo y Escritor Brasilero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario