Si tuviera que definir un solo recuerdo de mi infancia ése sería lo
mucho que me abrazaron y besaron. Dos personas especialmente: mi madre y
mi abuela paterna. Parece que hay unamininidad en la comunidad
científica en defender que a los niños se les abrace constantemente
porque eso les crea seguridad. Y mi instinto humanoide me hace llegar a
idéntica conclusión. No hace falta que lea sesudos tratados para darme
cuenta de que niños queridos, besados y abrazados crecen felices,
seguros de sí mismos y conscientes de la pertencencia a un grupo, a una
familia, que les quiere y los ama.
Doña Tecla es especialmente sensible a los brazos y, de hecho, cuando
se siente distinta, en una situación que no controla porque le es
desconocida, enseguida los pide: “bazos, mamita” y los levanta (ella
sabe cómo usar el mamita) Me gusta hablar de estos temas desde esta
plataforma o desde la de las páginas de familia de este diario porque, a
pesar de que lo repeten hasta la saciedad los expertos, todavía existe
gente que te dice: no la acostumbres a los brazos, la estás mimando. No
hace mucho leí el libro que escribió Carla Goyanes
sobre la maternidad y decía que a los bebés más allá de los 3 meses es
mejor no cogerlos cuando lloran por la noche porque sino se acostumbran.
¿Cómo es posible que siga calando ese mensaje tan cruel? ¿Acaso
dejarías llorar a tu amiga sin abrazarla por temor a que se acostumbre?
Los bebés, los niños, tienen idénticas frustraciones que los adultos
pero no saben verbalizarlas, no pueden llamar a un colega e irse de
cañas, no pueden coger el teléfono y desahogarse, necesitan la
protección y el cariño de quién ellos más quieren, es decir, de sus
padres. No hay excusas para no coger en brazos a un niño que llora como
no hay excusas para no abrazar a quien quieres y te quiere. Simplemente
es lo natural, lo humano y también lo mamífero, somos de sangre
caliente. No lo olvidemos. No se malacostrumbran, malacostumbrarse es
adquirir el hábito de tomar 10 coca colas al día, o de comer cerdo a
diario con patatas fritas. ¡Acostumbrarse a estar en brazos es lo mejor
que te puede pasar!
Y esto no se acaba de bebé. Mis recuerdos de ser abrazada no son de
cuando tenía meses, obviamente, sino años. Y alguien no se cansa nunca
de recibir amor, afecto, protección, sostén. ¿Hasta cuándo coger en
brazos? ¡hasta que podamos y nos dejen! Todos sabemos que llegados a una
etapa, los hijos se quieren hacer los mayores y los brazos de mamá, si
acaso, en la intimidad.
Muy ligado al tema de los besos y los abrazos está la dependencia y
la independencia. Muchos padres quieren, tiene prisa por conseguir que
los niños sean independientes rompiendo así la cadena perfecta de
crecimiento. Un niño dependiente será un adulto independiente. Que no
haya prisas, que no haya ansias porque no nos necesite porque todo eso
llegará. Intentar que se abroche los zapatos con dos años y medio (como
doña Tecla, ) sí, pero sin presiones. Es más, mi hija mayor muchos días
al salir de casa (puchero puesto, of course) me pide que le ponga
“labigo”, cuando ella sabe perfectamente ponérselo. ¿Me manipula? Para
nada. Es, en el fondoun acto de amor, es un, yo sé ponerme el abrigo
pero me gusta más que me lo ponga mamá. Como yo sé abrir la puerta del
coche pero me gusta si mi chico me la abre. No sé si me explico…
No dejes de coger en brazos a tus hijos, no dejes de
abrazarlos, no hay límites. ¿Existe algo más placentero que abrazar
esos cuerpos tan pequeñitos, que huelen a niños, con esas manitas
regordetas, esos pies que te dan ganas de mordisquearlos…y ¿cuándo
duermen? que se les queda la boquita medio abierta y te dan ganas de
comértelos a besos. Me pregunto muchas veces si todas la mamás
sentimos que es imposible que otra quiere más a sus hijos de lo que
nosotras queremos a los nuestros. Diles todos los días que los quieres,
que los adoras, que son lo más importane de tu vida, que te sientes muy
orgullosa de ellos…¿quién sabe? quizás si todos los niños fuesen criados
en ese amor tan grande en el futuro tendríamos adultos más felices,
eficaces, plenos, buenos…
http://abcblogs.abc.es/gema-lendoiro/2013/05/29/la-importancia-de-los-besos-la-importancia-de-los-abrazos/
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