Entre ellos presenta esta práctica 
destaca la disminución de los riesgos cardiovasculares, la liberación de
 tensiones, el aumento de la capacidad de concentración y el refuerzo 
del estado de alerta.
La última institución en declarar los 
beneficios de la siesta ha sido la Agencia Espacial Norteamericana 
(NASA), quien considera que el tiempo adecuado para una siesta modélica 
es de 26 minutos.
Los datos aportados por la Junta de 
Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTBS, en sus siglas en 
inglés) han demostrado la mejora de la efectividad de los controladores 
aéreos.
El estudio determina que un sueño de 26 
minutos ayudaría a mejorar un 34 por ciento en el rendimiento de estos 
trabajadores y reforzaría su estado de alerta un 54 por ciento.
Como explica el coordinador de la Unidad 
del Sueño del Hospital Quirón de Valencia, el doctor Gonzalo Pin 
Arboleda, "el ser humano tiene como 2 o 3 “ventanas” durante el día que 
le inducen al sueño. Por ello, dormir durante un pequeño periodo de 
tiempo ayuda al cuerpo a soportar mejor el día".
Mientras que los efectos de la siesta 
sobre los adultos pueden ser beneficiosos, esta práctica en los niños y 
los ancianos es fundamenta. Así Pin explica que, "En los niños menores 
de 5 años la siesta es una práctica estrictamente necesaria para el 
desarrollo físico y necrológico. Está práctica en la tercera edad 
también son necesarias para que los ancianos aguanten mejor el día y 
tengan una mejor calidad de vida".
La práctica de la siesta suele realizarse
 de manera general tras la comida. Según explica el doctor del Hospital 
Ruber de Madrid y miembro de la Sociedad Española del Sueño, Pedro 
Mayoral, "la realización de la siesta produce una relajación muscular 
que facilita que el aparato digestivo pueda realizar la digestión de una
 forma mas eficaz".
Actualmente son muchos países los que 
reconocen los efectos beneficiosos de esta costumbre tan española. Así 
lo corrobora la investigación realizada en 2007 por Nasaka A y Oikonomou
 y publicada en “Archives of Internal Medicine 167”, la siesta es una de
 las mejores recetas para eludir los problemas cardíacos. Se demostró 
también, que los sujetos que dormían siesta ocasionalmente redujeron en 
un 12 por ciento frente a los que lo hacían habitualmente lo redujeron 
un 37 por ciento. Del mismo modo la Academia Americana del Sueño ha 
realizado un estudio al que ha titulado “Siesta”, sobre los beneficios 
que aporta su práctica.
Todos los expertos coinciden que la 
siesta ha de tomarse en su justa medida. Como señala Mayoral, "cuando se
 toman siestas demasiado largas se pueden alterar los ciclos de sueño, y
 sufrir insomnio durante la noche". Por ello apuntan a que la siesta 
debe duran entre 15 y 20 minutos.
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