lunes, 7 de enero de 2013

Dormir ayuda al bebé a crecer y estar sano

Además de comer, para desarrollarse sin problemas el bebé necesita dormir bien. Por eso el tema del sueño interesa tanto a los padres.
Silvia Cándano Asesor: Juan Manuel Sanz-Gadea, pediatra


Muchos padres acuden al pediatra para preguntarle si es normal que su recién nacido duerma tantísimo (hasta 18 horas diarias) y se tranquilizan cuando este especialista les explica que es bueno que su hijo “abuse” de esta actividad.
Primero, porque así se va adaptando a su nuevo mundo progresivamente (pasar de golpe del idílico espacio intrauterino al caos exterior sería una vivencia demasiado estresante para él). Y, segundo, porque es lo mejor para su salud.
¡Claro que le alimenta!
Y es que, aunque parece que no hace nada, mientras duerme el pequeño recupera las fuerzas que ha perdido durante el día (si no descansa lo suficiente, cuando se despierte estará excitado y se mostrará irritable) y, al mismo tiempo, ahorra energías que puede emplear en un desarrollo más óptimo.
De hecho, los niños que duermen bien ganan peso y talla más rápidamente que los que son poco dormilones. A esto se une que durante el sueño la hipófisis segrega la hormona del crecimiento, razón por la que es totalmente cierto el dicho popular que asegura que dormir alimenta a los niños tanto como comer.
El sueño también favorece la maduración de los órganos internos y fortalece el sistema inmunitario. Y, por si fuera poco, soñar (¡sí, los bebés sueñan!) contribuye a la maduración cerebral, al entrenamiento de la memoria y a eliminar posibles tensiones. Además, el sueño ayuda al pequeño a asimilar todo lo que ha vivido durante el día, que no es poco.
Distinguir día y noche
Durante los dos primeros meses, los ciclos de sueño del bebé son cortitos, de una hora de duración aproximadamente, pero a partir de entonces comienza a tener un sueño más profundo y hace las tomas mayores, por lo que puede llegar a dormir hasta seis horas seguidas por la noche.
Su facilidad para dormir se debe a que aún es incapaz de controlar la sensación de sueño y en cuanto se nota somnoliento, se duerme (esto dejará de ocurrir en cuanto sea algo más mayor), ya que cuenta con una capacidad asombrosa para aislarse del ruido.
Aun así, conviene acostumbrar a los bebés a dormir en silencio y a oscuras por la noche y con algo de luz y ruido ambiental durante el día, para que vayan aprendiendo a distinguir los diferentes momentos de la jornada y se vayan habituando a un horario menos caótico y más familiar.
¿Le despierto para comer?
Otra duda que se plantean los padres primerizos es qué deben hacer si llega la hora de la toma y su bebé sigue durmiendo. Si el pequeño pesa menos de 3 kilos, deben despertarle para prevenir una bajada de azúcar, mientras que si es más grande, lo acertado es que le dejen seguir durmiendo un rato, pero sin exceder los 30 minutos de su hora habitual de comer. Así no romperán su rutinafija de tomas y el pequeño comerá mejor.
Respecto a este tema, conviene aclarar que no hay que dar de comer al bebé siempre que se despierte (si lo hacemos, podemos causarle problemas gastrointestinales), porque además de por hambre, el niño también puede espabilarse porque está mojado, tiene frío, se ha asustado... Averiguar por qué se ha despertado y lograr que vuelva a dormirse tranquilo es sólo cuestión de práctica.
 http://www.crecerfeliz.es/El-bebe/Salud/Por-que-es-tan-importante-el-sueno-del-bebe

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