De igual forma, la esterilidad de origen psíquico puede tener sus causas en el propio historial personal con episodios de angustia y crisis de ansiedad. Si a ello le sumamos las obligaciones y las estrictas exigencias que conlleva un tratamiento para la infertilidad, se acentúa la obsesión que ya de por sí manifiesta la mujer debido a su deseo de maternidad insatisfecha.
En ocasiones, cuando las pruebas o los tratamientos son infructuosos, a la propia mujer le cuesta admitir que la causa esté en un conflicto psicológico. Es el caso del rechazo inconsciente de la maternidad. Es posible que la mujer no se sienta preparada para afrontar la crianza de un bebé, que le produzca angustia no poder ofrecerle todo el afecto y los cuidados necesarios, o bien le inquieta la falta de libertad que ello conlleva; sucede que algunas se sienten obligadas a tener un hijo por complacer a su pareja o por una cuestión de educación o tradición familiar sin haber contado primero con su propio fuero interno.
Esta división interna entre el deseo de un embarazo y un rechazo inconsciente es una causa de ansiedad y a la vez el motivo del trastorno. En cierto modo, el sistema nervioso boicotea la función reproductora, pues sabe que algo no anda bien: los ovarios mal estimulados pueden formar quistes, las ovulaciones no son de la calidad necesaria, el útero se contrae y rechaza los espermatozoides, las trompas acusan espasmos…
Es un hecho que muchas mujeres han quedado embarazadas cuando ya no lo esperaban, cuando han abandonado los tratamientos para concebir y se han centrado en otros objetivos. ¿Qué ha ocurrido? Una vez que los miedos han sido descartados, que la presión ha desaparecido, el propio subconsciente ha dejado de estar en guardia, y esa tranquilidad se transmite al resto del organismo.
Por eso, si tu deseo es quedarte embarazada y, tras las pruebas, consultas y tratamientos, la esterilidad permanece de forma inexplicable, es posible que se trate de una esterilidad psicógena. El consejo de un profesional te servirá de ayuda para realizar una introspección de tu propia psique pero, lo que es más importante, procura no obsesionarte, ten confianza y no te dejes llevar por la impaciencia ni la ansiedad.
Los expertos aconsejan interrumpir los tratamientos de esterilidad y las pruebas en intervalos entre tres y seis meses para reducir la propia presión de los interesados. El descanso psicológico que aportan estos periodos también propicia el embarazo.
No olvides que la naturaleza es muy sabia. Un hijo plenamente deseado será sin duda muy feliz y contribuirá a mantener la felicidad de sus padres, pero también es importante ofrecerle un entorno de serenidad y sosiego, libre de ansiedad.
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