En EEUU existe una
obsesión por conseguir que sus hijos sean independientes lo antes
posible. El contacto físico con el bebé es relativamente mínimo, la
madre rara vez lleva al niño en brazos. Se supone que es normal que los
bebés lloren mucho, y los padres no consideran necesario responder a
todos sus ataques de llanto.
Los bebés norteamericanos tienden a pasar la mayor parte del tiempo solos, durmiendo en una cuna, comen aparte del resto y se acuestan a otra hora.
La antropóloga Margaret Mead señalaba hace muchos años:
”Comprender el modo en que se trata a los niños es una de las maneras más reveladoras de rastrear a una sociedad”
En África (en el borde occidental de Kenia), los bebés gusii está en contacto con alguien, por lo menos, el doble que el bebé norteamericano blanco. Las madres gusii ofrecen el pecho sin horarios fijos, el objetivo es mantener al bebé contento. Los bebés gusii lloran la mitad que los del mismo tiempo en países industrializados, según estudios de Robert y
Sarah LeVine, realizados dentro del proyecto “Seis culturas” desarrollado por Beatrice y John Whiting. El bebé gusii nunca queda solo; las madres no conciben que pueda estar solo en un cuarto llorando. Los aches de Paraguay, grupo muy estudiado por antropólogos. Estos bebés pasan el 93% del tiempo diurno y el 100% nocturno en contacto con su madre. Hasta cumplir los tres años no se alejan mucho de ella. La lactancia se mantiene unos dos años, hasta el siguiente embarazo. Extraído del libro de Meredith F. Small. “Nuestros hijos y nosotros”
Los bebés norteamericanos tienden a pasar la mayor parte del tiempo solos, durmiendo en una cuna, comen aparte del resto y se acuestan a otra hora.
La antropóloga Margaret Mead señalaba hace muchos años:
”Comprender el modo en que se trata a los niños es una de las maneras más reveladoras de rastrear a una sociedad”
En África (en el borde occidental de Kenia), los bebés gusii está en contacto con alguien, por lo menos, el doble que el bebé norteamericano blanco. Las madres gusii ofrecen el pecho sin horarios fijos, el objetivo es mantener al bebé contento. Los bebés gusii lloran la mitad que los del mismo tiempo en países industrializados, según estudios de Robert y
Sarah LeVine, realizados dentro del proyecto “Seis culturas” desarrollado por Beatrice y John Whiting. El bebé gusii nunca queda solo; las madres no conciben que pueda estar solo en un cuarto llorando. Los aches de Paraguay, grupo muy estudiado por antropólogos. Estos bebés pasan el 93% del tiempo diurno y el 100% nocturno en contacto con su madre. Hasta cumplir los tres años no se alejan mucho de ella. La lactancia se mantiene unos dos años, hasta el siguiente embarazo. Extraído del libro de Meredith F. Small. “Nuestros hijos y nosotros”
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