Una sonrisa es el mejor antídoto natural para 
el desánimo. Trae descanso al fatigado, luz a los que están con el ceño 
fruncido, y esperanza a los que están desesperados y derrotados. Una 
sonrisa es tan valiosa que no puede ser 
comprada, pedida, prestada o tomada contra tu voluntad. Tienes que estar
 dispuesto a darla. Así que si alguien está demasiado cansado o de mal 
humor regálale una sonrisa. Nadie necesita tanto una sonrisa como la 
persona que no tiene nada que dar.
 
 Dale Carnegie

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