sábado, 19 de enero de 2013

Así afecta el embarazo a tus emociones y a tu forma de sentir

¿Es posible que el hecho de esperar un bebé pueda modificar hasta tal punto el modo de percibir y de sentir? La respuesta es sí.
Emilia Marcos



 Desde que están embarazadas, Beatriz ha eliminado la cebolla de todos sus platos y Lorena asegura que pasa de la euforia a la desolación, y viceversa, en cuestión de segundos.
“Después de la ovulación”, explica César García F. de Valderrama, especialista en Ginecología, “los ovarios comienzan a segregar progesterona. Pues bien, desde el mismo momento de la concepción, la cantidad de esta hormona, que posteriormente segregará la placenta y el propio embrión, se multiplica; varias hormonas más varían también sus niveles y empiezan a producirse otros cambios: en el metabolismo, en la cantidad de flujo sanguíneo, en el funcionamiento del corazón... para acomodarse a las nuevas necesidades”.
Y a todo esto se une la multitud de sentimientos que afloran cuando la mujer descubre que va a tener un hijo: miedo, felicidad... Es, en definitiva, una auténtica revolución a nivel físico y psíquico.
Así te cambia por dentro el embarazo
Pero ¿cómo se desata esta revolución? En el inicio del embarazo, el embrión produce gonadotropina coriónica humana (hCG), que sólo aparece durante la gestación. Con este pistoletazo de salida, tu bebé llama a filas a un ejército de pequeños soldados (sobre todo hormonas y enzimas) que harán lo necesario para que el embrión se convierta en un niño sano. Y las alteraciones, necesarias para que el útero pueda dar cobijo al feto, para formar los tejidos del nuevo ser y transportarle oxígeno y nutrientes, para que escuche tus sonidos y reciba tus emociones... tienen efectos “colaterales”: la irrigación sanguínea aumenta por todo el cuerpo, las membranas de la nariz y de la boca se congestionan... A la vez, tu sensibilidad emocional se altera de modo parecido a lo que les ocurre a muchas mujeres en el “síndrome premenstrual”.
Este huracán de cambios puede ser muy positivo si se sabe manejar; no en vano, el aumento de estrógenos y de progesterona, dos de las principales hormonas del embarazo, se relaciona con un estado de mayor placidez. Además, aunque ahora te parezca mentira, todos son pasajeros y se irán diluyendo tras el parto. En él, un aporte masivo de oxitocina ayudará a provocar las contracciones uterinas que empujarán a tu hijo por el canal del nacimiento. Tú estarás entonces sumergida en una marea de emociones, en un momento a la vez doloroso y placentero, ya que en el parto se liberan también endorfinas (analgésicos naturales) y serotoninas (relajantes). A estas últimas se las llama ‘hormonas de la felicidad’ –explica Mª José Domínguez, psicóloga experta en temas de embarazo–. “Se liberan cuando la mujer siente que puede confiar en sí misma y en su cuerpo”.
Sensibilidad ante todo
Muchas embarazadas hablan de cambios bruscos de estado de ánimo. Y las hormonas, sobre todo los estrógenos y progesterona están, al menos en parte, en la raíz de este fenómeno. “Existe un cambio hormonal y bioquímico, una transformación temporal y natural que podríamos llamar ‘estado de maternidad’ que se prolonga durante el embarazo, el parto y el postparto, pero que no es una enfermedad.
Además, durante estos meses la mujer se encuentra ante un cúmulo de sentimientos” dice María José Domínguez. Y en algunos casos, afloran problemas del pasado.
Qué puedes hacer
Disfrutar del embarazo, sacar partido a esa mayor sensibilidad, aprovechando para profundizar en tus emociones, comentar con tu pareja y con tus amigos cómo te sientes y descansar bastante. “Los cambios de estado de ánimo y los sentimientos de temor son normales y lo lógico es que sean tan temporales como el embarazo. Pero cuando no se saben manejar, cuando no se sabe qué hacer ante ellos, conviene pedir ayuda a un psicólogo” dice Mª José Domínguez.

 http://www.crecerfeliz.es/Embarazo/Psico-sexo/asi-afecta-embarazo-a-emociones

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