1. Ser un ejemplo
Si le pedimos al niño que sea ordenado, que se coma toda la comida del plato, que no chille, que le diga cosas bonitas a los amigos…nosotros tenemos que ser el primer ejemplo.
Evidentemente no se pide que seamos perfectos, porque nadie lo es, pero si que seamos consecuentes con lo que les pedimos y lo que ven en casa.
2. El tiempo es oro
Para vuestros hijos y su crecimiento personal, el mayor beneficio es estar cerca vuestro. Si él ve que estáis implicados e involucrados con su existencia, sin sobreprotecciones ni obsesiones, se sentirá fuerte para afrontar cualquier reto en su vida.
3. Hacer las cosas con amor
Si nuestro hijo observa que tratamos a las personas, tanto las que conocemos como las que no, de forma cariñosa y amable, así como a las cosas que tenemos en posesión, como las de los demás, de forma delicada, él adoptará una actitud similar de respeto en sus relaciones.
4. Realizar actividades al aire libre
Correr, saltar, nadar, brincar, cantar…dejar que se libere y que exprese sus sentimientos con su cuerpo y canalice su energía con el movimiento y en familia es una excelente forma de tener a un niño alegre.
5. Fomentar la cultura
Es importante que conozca los museos, los libros, el cine, los espectáculos incluso su dimensión espiritual para que cuando sea más mayor se interese por saber quién es él, qué le rodea y qué quiere. Educar el oído, la mirada, la sensibilidad para temas artísticos también se comienza desde pequeñitos.
6. Hablar con ellos
Desde que se encuentran dentro del vientre de la mamás y más cuando ya están en este mundo es imprescindible hablar con ellos. Contarles las cosas de forma adecuada para su edad y respetando sus opiniones cuando ya son más mayores desde el diálogo.
7. Saber escuchar
Resulta de vital importancia incentivar la escucha activa en nuestros hijos. Fomentar la asertividad desde que tienen 5 años y podemos dialogar con ellos.
8. Los hábitos les ayudan a crecer
Tener rutinas establecidas les ayuda a ser ordenados y vivir con seguridad y confort. De todas maneras, es recomendable, acostumbrarlos también a ser flexibles ya que la vida nos brinda numerosas ocasiones que así lo precisan.
9. No querer crear a un “mini yo”
Intentar obligar a tu hijo a que sea igual que tú o que realice las cosas que tú no pudiste hacer o ser, es totalmente una idea errónea. Cada hijo es una persona independiente, que puede ser totalmente diferente a nosotros y tenemos que saber aceptarla y comprenderla tal y como es.
10. Cada uno a su tiempo
Muchos papás nos empeñamos en obligar a nuestros hijos a que hagan muchas actividades extra-escolares, a que duerman fuera de casa, a que se relacionen con muchos niños…pero lo que es cierto es que cada niño tiene su tiempo para madurar tanto personalmente como para las relaciones sociales y es importante dejar que cada uno vaya a su ritmo.
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