miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cómo dar las medicinas a niños pequeños

El rechazo infantil a los medicamentos es un clásico. ¿Hay que obligarles a la fuerza o existe algún truco para que se tomen los fármacos sin sufrir?



Un niño de uno o dos años es, por naturaleza, inquieto. Además, aún no puede entender lo importante que es para su bienestar que trague ese jarabe en el momento en que se lo pedimos, o que se deje embadurnar con esa pomada que huele tan raro.
Otro factor a tener en cuenta es su condición de enfermos. Cuando un niño está enfermo lo exterioriza de diversas maneras, y esto incluye, a menudo, el rechazo sistemático a cualquier cosa que se le ofrezca. Tengámoslo en cuenta, pues, y seamos pacientes. Está claro que perder los nervios solo empeorará las cosas.

Gotas

Si quieres saber cómo dar a tu hijo medicamentos en gotas (para los ojos, los oídos o vía oral), lee:

Cómo administrar gotas a niños pequeños

Jarabe

Los jarabes también son muy frecuentes entre las medicinas infantiles. Descubre más aquí:

Cómo dar jarabe a los niños

Supositorios

Cada vez se recetan menos, ya que según los espcialistas la medicina se reabsorbe mejor oralmente y, además, no irrita el culito del niño. No obstante, hay casos en los que el supositorio puede ser la mejor opción (por ejemplo, cuando el niño se niega en redondo a beberse el jarabe o a tomarse la pastilla).

Cómo administrarlos

Para facilitar su aplicación, podemos impregnar el supositorio con algún lubricante como vaselina o aceite de oliva. Entrará con más facilidad y le resultará menos molesto.

Pomada

Se utilizan a menudo para tratar los problemas cutáneos y su poder curativo es indudable, pero hay que tener cuidado con ellas. La piel de un niño de esta edad es mucho más delicada que la de un adulto. Y algunas pomadas contienen, por ejemplo, antibióticos o corticoides de diferentes potencias (de débil a muy alta). Por ello, es el pediatra o el dermatólogo, quienes deben decidir cuál es el producto más adecuado y en qué dosis.

Cómo administrarla

En las farmacias sabrán aconsejarnos sobre las llamadas pomadas preventivas. Suelen ser pastas al agua, muy suaves, que podremos usar normalmente salvo contraindicación del médico. Pero tengamos cuidado con las heridas y arañazos. Su contacto con una pomada podría provocar alguna alergia en la delicada piel del bebé.
Si la aplicamos sobre la cara evitemos el contacto con las mucosas, los ojos y la boca.

Pastillas

Las pastillas infantiles cada vez se utilizan menos, en beneficio de las medicinas líquidas, cuya administración en niños pequeños suele ser más sencilla. Ojo con dejarlas a su alcance, pueden confundirlas con caramelos.

Cómo administrarlas

Conviene machacarlas en una cuchara y mezclarlas con unas gotas de agua. Será mejor que echárselas en el biberón: si no lo termina nunca sabremos con seguridad si ha asimilado toda la dosis. Además, corremos el riesgo de que termine asociando el biberón con el sabor a medicina de la pastilla, y acabe aborreciendo la leche.
Por: Teresa Pro(SER PADRES.ES)

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